Cuidar la Piel Sensible
Sección: Salud
Creado: 23-02-16
Cada vez más productos cosméticos se formulan pensando en la especial reactividad de las pieles sensibles, a las que no les gustan los cambios bruscos de temperatura, los rayos del sol, el polvo ni muchas de las sustancias químicas presentes en productos de belleza y detergentes. Hoy la hipersensiblidad cutánea ya no es sólo exclusiva de las teces claras y los cabellos rubios o pelirrojos, sino que afecta a una número creciente de personas. Los dermatólogos apuntan a que se trata de un fenómeno ligado a los nuevos hábitos de vida.
Una reacción exagerada
La piel funciona como una barrera que protege al organismo del exterior. Es normal que reaccione para defenderse. La piel sensible, sin embargo, lo hace a la menor ocasión, de forma extrema, provocando sensación de tirantez, irritación, escozor y erupciones cutáneas. A menudo, sobre todo en las mejillas, llega a responder con la dilatación de sus vasos sanguíneos, conocida como cuperosis. Se trata de reacciones inflamatorias que se repiten y no propiamente de alergias, si bien en ocasiones un agente externo puede acabar desencadenando una reacción inmunitaria.
Esta piel extremadamente sensible no tolera bien muchos de losingredientes sintéticos de la mayoría de productos cosméticos. También los naturales pueden provocar irritación y alergias, de la misma forma que algunas personas no toleran la lactosa o son alérgicas al polen. Pero las investigaciones prueban que la probabilidad de reaccionar alérgicamente a productos basados en ingredientes vegetales y minerales es mucho menor que si la piel se enfrenta a productos basados en ingredientes petroquímicos como parafinas y siliconas.
Para minimizar el riesgo de una reacción existen cosméticos especialmente formulados para pieles frágiles y para reforzar las funciones protectoras naturales de la piel. Se basan en una combinación de principios activos suaves y de agentes hidratantes, sin perfumes, colorantes, conservantes sintéticos ni derivados del petróleo. Para evitar el uso de sustancias aromáticas que puedan resultar irritantes, los productos de cosmética natural utilizan a menudo aceites esenciales naturales. Si cumplen con criterios de calidad estrictos y han sido correctamente almacenados y tratados, resultan también altamente tolerables.
Probar los cosméticos
Antes de arriesgarse a probar si el cutis tolera bien un nuevo cosmético, es recomendable empezar aplicando una muestra del producto en la cara interna de una de las muñecas, donde la piel es especialmente sensible. Si al cabo de cuatro días no aparecen signos de irritación, entonces se puede utilizar el producto en todo el rostro sin problemas.
En algunos casos la hipersensiblidad de una piel es sólo temporal, causada por unos cuidados inapropiados o una situación de estrés. Tratándola convenientemente se puede conseguir que recupere el equilibrio. También las pieles dañadas o alteradas después de tomar el sol, depilarse o afeitarse necesitan de productos que respeten su pH, la calmen y fortalezcan su resitencia natural.
Para estos casos, un buen remedio natural consiste en mezclar a partes iguales caléndula, cola de caballo y flor de nogal.
- Se hierve durante 10 minutos una cucharada sopera rasa de la mezcla por unos 250ml de agua. Se cuela y con el líquido se empapan unas compresas que luego se aplican sobre la piel irritada. Se puede repetir la operación dos o tres veces al día hasta que desaparezca la irritación.
A las soluciones concretas se unen a menudo otras más generales, que pasan por corregir los hábitos dietéticos, reducir el estrés o abordar conflictos emocionales. El estado de la piel está estrechamente vinculado a la alimentación y a la psique. Atender a sus señales de alarma puede ser el primer paso hacia un estilo de vida más sano.